27/07/2015

Un año después... (Balance-resumen)

Hace más de un año que no actualizo esta bitácora y creo ya que va siendo hora. Recién acabado el curso estuve pensado en escribir un mensaje sobre lo que había dado de sí, pero al final no me animé a hacerlo. Sin embargo, no quiero que esto se quede parado y desierto, sin más, así que ahora, en pleno verano, haré un breve balance o resumen del curso y de lo que nos puede esperar en un futuro inmediato.

Como decía el título de una serie de hace algunos años, Los problemas crecen. A los ya habituales se une la adolescencia, esa "enfermedad" que se cura con los años. Dentro de su habitual buen talante, la rebeldía, la tontería por las que todos hemos pasado en esa fase de nuestra vida no son ajenas al carácter de nuestro hijo. Le gusta fastidiar a su hermana, hacer el ganso mientras escucha su música favorita, empieza a negarse a hacer esto y aquello (bueno, más que esto y aquello, cualquier cosa que él considere "deberes", lo sea o no, sobre esto voy a hacer hincapié ahora mismo...)

Ya a comienzos del curso pasado nos dijeron que, ya que su capacidad de asimilar nuevos conocimientos -los que contiene el currículum habitual de su grado académico- estaba muy cerca del límite, se iban a centrar sobre todo en su autonomía personal, en que cosas que nos parecen tan fáciles como ir en transporte público a un sitio determinado o pagar en una tienda sabiendo lo que puede costar un producto, él las dominase. Pero claro, también estaban sus asignaturas adaptadas: Sociales, Naturales, Matemáticas, Lengua... Y aquí es donde venían los problemas. Quejas, gritos, enfados... (Eso sí, solo en casa, pues en el colegio no da problemas de ningún tipo). Desafiando los límites de nuestra paciencia. Luego, visto en frío, deducíamos que cuando algo no lo domina bien surge la frustración, algo que no es nada extraño en una mente más bien rígida, que sufre cuando se sale de un camino conocido. Pero, sea por lo que sea, esto nos hacía plantearnos si no habría llegado ya el momento de pensar en su paso a la vida adulta, a prepararse para, una vez encontrada alguna habilidad que le permita pensar en una ocupación futura, cambiar de centro.

En principio creímos que el propio colegio nos lo diría, pero como pasaron los meses y no había comunicación en ese sentido, tuvimos claro que iba a seguir allí. Sin embargo, ya casi al final, cuando ya había pasado el plazo para un posible cambio, sí que nos llamaron para eso, para decirnos que había determinados centros que podrían ser una buena elección -y se habían tomado la molestia de ir a verlos, lo cual es muy de agradecer.

Sin embargo, con eso no nos decían que se tuviese que ir ya, sino que tal vez era el momento de empezar a planteárselo. Él puede seguir en el colegio -en el que está muy a gusto y perfectamente integrado- hasta los 19 años y esa posibilidad sigue sobre la mesa. Ahora, al comenzar el nuevo curso, ya nos dirán la forma en que lo encajan -ya que con la incertidumbre de la aplicación o no de la LOMCE no tienen muy claro cómo van a funcionar lo que hasta ahora eran integración diversificación, etc.

En definitiva, el curso que viene seguirá en el colegio, pero en su transcurrir tendremos que ir viendo cómo va la cosa y tomar una decisión.