02/04/2012

2 de abril: Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo


Desde el año 2008 la ONU considera el 2 de abril como el Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo. Según la organización:
El autismo es una discapacidad permanente del desarrollo que se manifiesta en los tres primeros años de edad. La tasa del autismo en todas las regiones del mundo es alta y tiene un terrible impacto en los niños, sus familias, las comunidades y la sociedad. A lo largo de su historia, el Sistema de las Naciones Unidas ha promovido los derechos y el bienestar de los discapacitados, incluidos los niños con discapacidades de desarrollo. En 2008, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad entró en vigor, reafirmando el principio fundamental de universalidad de los derechos humanos para todos. La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró por unanimidad el 2 de abril como Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo (A/RES/62/139 ) para poner de relieve la necesidad de ayudar a mejorar las condiciones de vida de los niños y adultos que sufren este trastorno.
Están muy bien estos gestos; está muy bien que la gente se conciencie. Recientemente ha habido una clara prueba de ello en la campaña que se ha llevado a cabo para que los medios de comunicación, que a veces hacen gala de una pobreza lingüística y una falta de imaginación alarmantes, dejasen de utilizar la palabra "autista" en sentido peyorativo para calificar determinadas conductas.

Pero, ¿es suficiente?

Vivimos en una época de crisis en la que la prioridad de los gobiernos parece ser únicamente la mal llamada austeridad. Todo se cuestiona, nada parece imprescindible, sólo nos preocupamos de ajustar el gasto y no de cuidar de los servicios que se prestan a los ciudadanos. En el asunto que nos ocupa, no hay excepciones. Mucho antes de que estallase esta crisis (que nosotros no hemos provocado pero que nos van a hacer pagar) ya había recortes en los mecanismos públicos de apoyo a las personas con TGD. Cuando hicieron la última evaluación a nuestro hijo, hace más de cuatro años, ya nos dijeron que la Comunidad de Madrid había reducido a sólo uno los varios equipos específicos de evaluación que visitaban los colegios para comprobar si estaban bien adaptados para cubrir las necesidades de niños con TGD. Y ahora, en los Presupuestos Generales del Estado recién presentados, vemos cómo se ha reducido a cero la partida destinada a la Dependencia.

Es de temer, por tanto, que hasta que estas cuestiones no se vean como un negocio rentable se les siga dando una importancia residual. Difícil consuelo, porque si se diera el caso de que alguien viese aquí negocio, sólo quienes pudieran pagarlo podrían disfrutar de unos servicios acordes con el problema. Porque esa es la mentalidad imperante: sólo importan las cosas en las que se vea negocio y allí, sólo la iniciativa privada, fuera lo público.

Por tanto, creo que días como estos han de ser más reivindicativos que otra cosa. Hemos de pedir a los poderes públicos que gobiernen no sólo para que los mercados estén "tranquilos", sino considerando las necesidades reales de una población a la que deben servir, que para eso los hemos elegido (nosotros y no los mercados).